Entre el viernes 1 de mayo hasta los primeros días de junio se espera que lleguen a la provincia de Tarma, región Junín, alrededor de 200,000 personas, ya que llegarán delegaciones de diversas regiones y del extranjero para participar de la festividad del Señor de Muruhuay, en el distrito de Acobamba, provincia de Tarma.
El director de la Dirección de Comercio Exterior y Turismo de Junín, Michele Antignani, manifestó que existe una gran expectativa, pues se ha venido realizando previamente la difusión de esta festividad en diversos lugares del país.
«Esta festividad es un referente para el turismo de la región donde se calcula que entre mayo y los primeros días de junio llegaran unas 200,000 personas; desde el 1 de mayo estarán llegando las diferentes delegaciones que vienen de todo el país», sostuvo a la Agencia Andina.
Indicó que la Festividad del Señor de Muruhuay es una de las más grandes a escala nacional y es comparada con la Virgen de Chapi, en la región Arequipa.
Mencionó que las delegaciones de fieles que llegan son principalmente de las regiones de Arequipa, Cusco, Puno, Trujillo, Chiclayo, e incluso llegan fieles procedentes de Italia y Estados Unidos.
«Es una expresión cultural muy importante donde se entremezcla la devoción con las diferentes danzas de las delegaciones que bailan en honor de la cruz. Además de revalorar nuestras costumbre ancestrales, los visitantes pueden probar los mejor de nuestra gastronomía que complace a los paladares más exquisitos», subrayó.
Antignani dijo que también se realizan las coordinaciones del caso con la Policía Nacional, para destinar los agentes del orden necesarios para garantizar el normal desarrollo de la Festividad del Señor de Muruhuay, donde se espera una gran afluencia de visitantes y fieles.
Durante la celebración miles de personas concurren a las alturas de Acobamba para apreciar la cruz grabada en la roca. La historia refiere que el 3 de mayo de 1835 apareció el grabado; tiempo después, los lugareños pintaron una imagen de Cristo crucificado.
La particularidad de esta festividad es que durante la celebración perviven ritos prehispánicos. En los rituales predominan elementos como el agua, la tierra y la piedra.
En el día central se realiza una solemne misa en quechua y luego los creyentes depositan su «Carta a Dios», solicitando milagros o agradeciendo los favores concedidos. Los organizadores suelen ofrecer un almuerzo con platos típicos a los visitantes y a las cuadrillas de danzantes.
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