Desde los diferentes templos de la ‘Ciudad Imperial’ salen en procesión los santos y vírgenes para reunirse en la Plaza Mayor del Cusco. Es una suerte de convención de imágenes sagradas la que se vive durante el Corpus Christi, generando gran expectación, fe y algarabía en la antigua capital incaica.
En hombros de sus devotos y rodeados de fieles, van llegando desde sus templos las andas de San Antonio, San Cristóbal, San Sebastián, Santiago Apóstol, San Pedro, San José y San Blas. También se acercan las imágenes de Santa Bárbara, Santa Ana, y las vírgenes de la Natividad, de los Remedios, Purificada y de Belén.
Todos y todas participan en una reunión o cónclave en la que según los cusqueños, los patrones de los distritos conversan sobre el futuro de la ciudad y sus pobladores.