El aeropuerto de Changi, en Singapur, es considerado el mejor aeropuerto del mundo por sexto año consecutivo, sus amplios espacios repletos de vegetación, abundantes zonas de descanso con sillones reclinables o de masajes, pulcros aseos y una inesperada rapidez son algunas de las atracciones que han convertido a este aeropuerto en el mejor del mundo.
El título lo otorga la firma Skytrax, que anualmente realiza una encuesta mundial que responden casi 14 millones usuarios de más de 100 países.
Los resultados, publicados esta semana, ratifican el primer puesto para Changi, que ostenta desde 2013.
La encuesta mide los niveles de satisfacción en 39 aspectos, que van desde la seguridad, área de migraciones, calidad de la atención, conexiones y las zonas de compras, hasta detalles como la limpieza, los precios de los restaurantes, la disponibilidad de conectores eléctricos y áreas silenciosas.
Según el Consejo Internacional de Aeropuertos, el de Changi ocupa el puesto 17 entre los aeropuertos con más tráfico en el mundo. Cada año por ahí pasan unos 60 millones de pasajeros. Cada semana, de Changi salen y llegan unos 7.200 aviones.
El aeropuerto de Changi tuvo calificaciones altas o muy altas en todas las categorías, pero además, tiene una serie de características que convierten al lugar en una atracción en sí misma, más allá de ser un simple lugar de paso.
El aeropuerto tiene la apariencia de un centro comercial de tiendas sofisticadas, con más de 350 comercios. Además de sus 4 terminales, Changi tiene la terminal JetQuay, que normalmente utilizan quienes viajan en aviones privados y que incluye duchas y cuartos para tomar una siesta.
Changi incluso tiene un característico olor a te de orquídeas, que es parte de su estrategia para que los usuarios lo recuerden como un lugar especial.
El aeropuerto de Changi tiene su propia sala de cine, salas de videojuegos y spas. También tiene un tobogán de cuatro pisos, un jardín de plantas propias de Singapur y otro con más de 100 especies de cactus y plantas de zonas áridas de África y América.
Otra de sus atracciones es una instalación interactiva de 9 metros de alto en la que las personas pueden compartir sus fotos y verlas exhibidas en 64 pantallas de 42 pulgadas.
En las cuatro terminales de Changi se encuentran pasajes con más de 10 obras de arte cinético. Una de las más llamativas es «La lluvia cinética», conformada por más de 1.600 gotas de bronce colgantes que se mueven y forman figuras como un avión, una cometa o un dragón.
Otra de las más reconocidas es “Un millón de tiempos”, una pared con 504 relojes que giran de manera sincronizada para crear patrones hipnotizantes.
Para 2019, el aeropuerto de Changi tiene planeado inaugurar el Jewel Changi, una nueva terminal con la que aumentará su capacidad de tráfico a 85 millones de pasajeros por año.
El espacio está pensado como un bosque bajo techo, con sus propias nubes de vapor y una catarata de 40 metros de alto sobre la que se proyectarán espectáculos de luces.
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