Inician construcción del Teleférico a Huchuy Qosqo en Cusco

Teleférico a Huchuy Qosqo

Colocan la primera piedra que marca el inicio de la construcción del teleférico a Huchuy Qosqo, complejo arqueológico ubicado en la comunidad campesina de Sacllo, distrito de Calca.

 

Este teleférico será el primero en la región Cusco y estaría concluido a mediados del 2020. La obra se ejecuta gracias a un convenio tripartito entre la empresa suiza (Dopelmayo Parapenta), la Comunidad de Sacllo y la Municipalidad Provincial de Calca.

 

 

Huchuy Qosqo, es uno de los complejos arqueológicos más importantes ubicados en el Valle Sagrado después de Ollantaytambo y Pisac y se caracteriza por tener una arquitectura peculiar, ya que los edificios han sido construidos sobre bases de piedra pulida de fino acabado, con revoque de arcilla, siendo estas las partes mejor conservadas, mientras que los pisos más altos están hechos en adobe.

 

Actualmente pocos visitan este atractivo debido a lo accidentado del camino. Cada cabina permitirá llevar alrededor de 40 personas.

teleferico Huchuy Qosqo

 

Complejo arqueológico Huchuy Qosqo

 

A pesar de que las ruinas no tienen la misma conservación que Ollantaytambo o Pisac, debido principalmente a su antigüedad, el sitio arqueológico de Huchuy Qosqo es impresionante por su peculiar arquitectura.

 

Los edificios han sido construidos sobre la base de piedra pulida y los pisos más altos con abdobe. Lo que lo hace único y diferente con respeto a las construcciones cercanas.

 

 

Se observa una kallanka, de hasta 70 metros de largo, también un edificio notable con dos pisos de piedra y uno superior de adobe. Hay también grandes terrazas, una plaza muy amplia y una gran puerta inca por la que pasa un muy bien conservado camino que conduce desde Tambomachay.

Huchuy Qosqo

Las crónicas hispanas refieren que Huchuy Qosqo (probablemente sitio conocido en tiempos incas como Caquia Jaquijahuana) fue obra y lugar preferido del inca Wiracocha. A esto, Maria Rostworoski añade, en su obra «Historia del Tahuantinsuyo», que este soberano afianzó la conquista sobre los pueblos del valle de Urubamba y que eligió como su sucesor a su hijo Inca Urco quien, mareado por el poder y los vicios, demostró ser un total incapaz para gobernar.

 

La realeza inca estaba muy ofuscada con esta elección y trataron de conspirar para imponer a otro hijo de Wiracocha, el príncipe Cusi Yupanqui. El malestar social y la tensión se acrecentaban cada día y para empeorar todo cayó la noche más obscura sobre el Cuzco: los Chancas llegaron hasta las puertas de la capital y estaban dispuestos a destruirla. Es el año de 1438. Wiracocha abandona la ciudad a su suerte y, acompañado por su hijo Inca Urco, se refugia en sus palacios en el valle de Urubamba, entre los cuales estaba Huchuy Qosqo.

 

Después de la conquista hispana, Gonzalo Pizarro encontró aquí la momia que, supuestamente, pertenecía al inca Wiracocha y ordenó quemarla. Los descendientes del inca guardaron las cenizas en una tinaja que muchos años después descubriría el cronista Polo de Ondegardo.

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