Mientras la mayoría de nosotros esperamos con ansias la llegada de la navidad con regalos, fiestas, amor y paz. En Santo Tomás, la capital de la provincia cusqueña de Chumbivilcas, la navidad es el día en que los rencores se perdonan, después claro de una buena pelea. Los puñetazos y las patadas son la principal arma que los combatientes usan para resolver las diferencias que tuvieron en todo el año, para después de terminada la batalla estrecharse en un abrazo.
Muchas personas creen que es un acto salvaje que debería ser desterrado y tienen razón, no puedes salir a darte de puñetes y patadas con todo el mundo. Pero, en Santo tomas, esto es más que sólo una pelea de un grupo de conocidos, es una tradición que se cultiva y se trasmite de generación en generación, que va más allá de una simple pelea. El Takanakuy, que significa golpearse entre sí, es la representación de honor, orgullo, tradición y festividad.
El Takanakuy es una fiesta tradicional que se celebra en distintas fechas y meses dentro de la provincia de Chumbivilcas. Comienza el 26 de julio recordando a la virgen de Santa Ana en la comunidad campesina de Ccoyo. Continúa el 08 de diciembre en la comunidad de Mosco y Ccollpa. Luego llega al 25 de diciembre como la fiesta central, que concentra fuerzas y valores juveniles, en Santo Tomás, Llusco y Quiñota, seguido, en año nuevo en las distintas comunidades indígenas de Santo Tomás.
El Takanakuy, muchas veces, se inicia y termina entre abrazos. Pues los contrincantes buscan limpiar solamente sus afrentas. En suma, es aquello que se traslada de la justicia de leyes a la justicia social. Algunos se aventuran a decir que esta singular pelea tiene elementos del Rumi Maki, (mano de piedra) una antigua técnica marcial preinca que ya la habían practicado una serie de culturas andinas como Tiahuanaco, Mochica y Chimú. Los ataques de puño, codos, cabezazos, golpes, mano abierta, los ataques de pierna, de bloqueo podrían haber sobrevivido en estas justas.
Existen varios motivos por los que se concurre y se concretizan en el día del Takanakuy. Así tenemos:
Por deporte: Principalmente concurren aquellos jóvenes que quieren demostrar voluntariamente sus habilidades físicas o su valentía, para alcanzar el estatus de ser el mejor peleador.
Por haber adquirido compromiso antelado por amistad: Vienen a cumplir la promesa o la palabra empeñada.
Para ventilar públicamente conflictos familiares y/o personales: Asisten para solucionar públicamente conflictos interfamiliares o interpersonales que han sido provocados por dominio de tierras agrícolas, abigeato, discusiones, acontecimientos fortuitos en las borracheras, fiestas de corrida y otros abusos que se ocasionan en la comunidad. Es considerado por la población como una forma de auto-administración pública de justicia.
Para delimitar situaciones sentimentales: Quienes coinciden enamorándose de la misma joven lo definen en el Takanakuy de manera pública.
Por defender el apellido o al amigo: Estos danzantes salen al encuentro como coteja o sustituto (wiqchupa) para defender a su pariente o amigo que ha sido vencido en la contienda.
A ritmo de Wayliya, la música que funge de acompañamiento a los puñetazos y patadas que se dan unos a otros, la batalla termina tal como empieza: con un abrazo entre oponentes. Y si bien el que pierde puede terminar ensangrentado y golpeado, en su rostro no habrá señales de odio. Es que lo más importante para él es poner fin a las rencillas. Además sabe que el siguiente año podrá volver a retarlo, y quizá ganar. Cuando se anuncia el final de la contienda todos danzan en el coso de Santo Tomás.
Definitivamente un tradición para mujeres y hombres rudos. Si te gustó este artículo síguenos en Facebook, comparte y comenta.